viernes, 6 de abril de 2012

Dos rescates y una histórica quita después, no levanta cabeza


Dos rescates y una histórica quita de la mitad de su deuda después, Grecia sigue prácticamente en el mismo lugar en mitad de ninguna parte. La situación es aún crítica: se necesitarán más medidas para salir de la recesión, que entra en su quinto año consecutivo, y conseguir el superávit primario y el crecimiento económico necesario para mejorar la vida de sus once millones de habitantes. Se buscan desesperadamente inversiones que creen nuevos puestos de trabajo para afrontar el desempleo, que ya supera el 21%. Y conseguir un nuevo Gobierno, posiblemente de coalición entre conservadores y socialistas, para poder realizar el más reciente programa de reformas impuesto por el FMI, la Comisión Europea y el BCE.
Pero, de momento, el «via crucis» heleno parece no tener fin. Este martes un farmacéutico jubilado se pegó un tiro en la Plaza de la Constitución delante del Parlamento, protestando contra la situación económica y dejando un mensaje en el que afirmaba no querer ser un peso para su hija y acabar buscando comida entre la basura.

Suicidio político

Aunque su pensión se había visto recortada como la de todos, el jubilado no tenía serios problemas económicos, pero cometió lo que se presenta como un suicidio político. Ha provocado la consternación e indignación de muchos griegos. Esa noche hubo una manifestación improvisada y altercados con la policía, heridos y detenciones. Ayer ocurrió lo mismo. La tensión y la inquietud son palpables en toda Grecia.
El primer rescate, aprobado en mayo de 2010, fue de 110.000 millones por tres años (2010-2013). Se pretendía que en 2014 Grecia llegara a menos de 3% de déficit. El país estaba obligado a aprobar más recortes y reformas con cada entrega de ayuda. Pero una cosa fue prometer medidas y otra implementarlas. El Gobierno fue débil y aplicó las medidas mas «fáciles»: reformó la ley de pensiones (dejando pasar varios años hasta su aplicación), aumentó el IVA y los impuestos de productos de lujo y congeló salarios y pensiones. Todos los presupuestos estatales se redujeron un 10%. Después se redujeron sueldos y pensiones del sector público, con sus correspondientes pagas, entre un 20 y un 30%. La rebaja se extendió luego al sector privado.
Pero la reducción del sector público apenas se cumplió de boquilla: solo se despidieron, bajo el nombre de «reserva laboral», a 9.000 personas, la mayoría en edad de prejubilarse. La economía griega se estancó aún más: el sector privado perdió más de 500.000 empleos, con la consiguiente caída de impuestos recaudados y de contribuciones a la Seguridad Social. Mientras, los griegos seguían sacando dinero de sus cuentas.
El año pasado se siguieron perdiendo empleos y ya era evidente que Grecia no iba a conseguir reducir su déficit a los niveles esperados, ni volver a los mercados para conseguir financiación. Por ello se acordó la reestructuración de su deuda y un nuevo rescate. El paro superó el 20% a final de año. En 2010, el déficit fue del 10,6% y la proyección de Eurostat para 2011 es del de 8,9% del PIB, muy lejos del 6,5% exigido por la troika.
El segundo rescate, aprobado este marzo, es de 130.000 millones hasta finales del 2014, pero viene acompañado de medidas aún mas duras y concretas: reforma fiscal, nuevos recortes en salarios y pensiones, compromiso de despedir a 150.000 empleados públicos hasta el 2015 y cierre de más de cien empresas estatales. Todos los ministerios disminuirán sus presupuestos, especialmente Defensa y Sanidad. El esfuerzo se dirige ahora a reducir la deuda al 120.5% del PIB en 2020, un objetivo que hasta los expertos más optimistas ven difícil.
Pero la UE y el FMI han aprendido de su trato con los griegos, y han exigido la aprobación de una ley por la que el dinero del segundo rescate irá prioritariamente a pagar obligaciones externas del país. Solo lo que quede será añadido al presupuesto. Todo el sector público está bajo vigilancia de expertos europeos y del FMI: alemanes para los temas fiscales, franceses para las reformas dentro del servicio público… Entretanto, a uno de cada tres empleados en el sector privado se le ha reducido el sueldo y las horas de trabajo y no se le paga siempre a fin de mes o no se le pagan las horas extraordinarias.

Fuente: Diario ABC
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