A falta de apenas 15 días para que el banco malo empiece a operar, el Gobierno aún no tiene claro qué inversores privados están dispuestos a entrar en el capital. El principal problema es la reticencia de los bancos sanos.
Ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos, confirmó que la Sareb echará a andar el 1 de diciembre y que el FROB, es decir, los contribuyentes españoles, tendrán una participación no superior al 49%. También insistió en que, en su plazo de vida previsto, de quince años, el banco malo tendrá una rentabilidad del 15% y, por lo tanto, los españoles no perderán su dinero.
El problema es que, pese a las palabras de De Guindos, el Gobierno aún no tiene claro quiénes son los inversores privados que entrará en el banco. Y su principal problema es la reticencia de los bancos sanos españoles para aportar el capital que el Ejecutivo les pide.
De Guindos pretende que entre Santander, BBVA y CaixaBank aporten unos 500 millones de euros en capital, y subscriban bonos de deuda subordinada de la Sareb por otros 1.500 millones. Pero los bancos se resisten, incluso BBVA cuyo presidente, Francisco González, había anunciado en septiembre que la entidad sí entraría en el banco malo. Ahora el número uno de BBVA ya no ve tan claro que invertir en Sareb sea tan conveniente por el banco, y así se lo ha trasladado a Economía, según publicó ayer El Confidencial.
González, el banquero que más cercano se había mostrado hasta ahora con el Gobierno de Mariano Rajoy, piensa que la inversión no garantiza el retorno para sus accionistas y teme que la participación en el banco malo acabe contaminando a la banca sana. Sobre este último aspecto insistió el consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, en la última presentación de resultados.
Al resto de entidades tampoco les hace gracia tener que meter dinero para arreglar los desaguisados de las otras entidades. En privado, fuentes del sector recuerdan que, hasta ahora, los únicos que han recibido ayudas públicas y, por lo tanto, traspasarán activos al banco malo son los bancos de las ex cajas de ahorros.
Por su parte, los inversores institucionales extranjeros tampoco dan muestra de entusiasmo para entrar en la Sareb. En una reunión celebrada entre Economía y algunos de los principales bancos extranjeros con intereses en España, las entidades han dejado abierta la posibilidad de comprar activos concretos del banco malo, pero no a entrar en el capital, según cuenta hoy EXPANSIÓN.
Ante este panorama, en el sector financiero prevalece la opinión de que, finalmente, los bancos sanos acabarán cediendo a las presiones del Gobierno y aceptarán participar en Sareb. Son conscientes que, del éxito de esta operación, depende al menos en parte el futuro de la economía española.
Fuente: Diario Expansión
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