El copago farmacéutico viene para quedarse. En la actualidad, los pensionistas están eximidos del pago de los medicamentos (es el único país europeo donde no lo hacen) y los activos abonan tan sólo un 40% del importe. Esto ha provocado que el consumo de recetas se haya disparado en los últimos años, elevando la factura por fármacos a 12.000 millones de euros al año. El objetivo del Ejecutivo es rebajar ese coste, que lo asumen íntegramente las comunidades autónomas.
Y para ello les va a presentar este mediodía a los consejeros autonómicos, en el Consejo Interterritorial de Sanidad, un borrador de propuestas para rebajar el gasto en fármacos, que pretende llevar al Consejo de Ministros de mañana. Entre las iniciativas destaca la implantación del copago farmacéutico. De este modo, los pensionistas pasarían a pagar el 10% de los medicamentos que consuman, mientras que los activos podrían llegar al 50%, si ganan menos de 100.000 euros al año, o al 60%, si sus ingresos superan esa cifra. Para tratar de proteger a los colectivos a los enfermos crónicos, el Ejecutivo ha establecido una salvedad en el texto, de tal modo que los pensionistas que ganen más de diez euros al mes durante tres meses consecutivos se les devolverá el dinero abonado por encima de los 30 euros. Sin embargo queda por conocer las medidas y las salvaguardas que se establecerán para las rentas más bajas o los parados sin prestaciones.
Con la implantación de este copago, el Ejecutivo prevé ingresar 3.700 millones de los 7.000 que quiere ahorrar en la parcela sanitaria. Por lo tanto, esta medida deberá ir acompañada de otras. Una de ellas podría ser la salida de la lista de medicamentos subvencionados de aquellos que cuesten menos de tres euros y que tradicionalmente son consumidos de forma masiva. Se trataría de principios activos como el paracetamol, el ibuprofeno o el omeoprazol, que se utilizan para tratar gripes, resfriados y patologías estomacales. El Ejecutivo calcula que con esta medida se podrían ahorrar otros 1.000 millones de euros. Los fabricantes de fármacos han mostrado su rechazo a esta última propuesta, ya que podría deprimir el consumo y sus cuentas de resultados, afectadas por las sucesivas rebajas de precios decretadas por el Ejecutivo en los dos últimos años.
Lo que sí ha querido dejar claro el Ejecutivo es que el copago sanitario, es decir, el pago por asistir a una consulta de atención primaria o de especialidades en un ambulatorio o el tratamiento en un hospital, está descartado de momento. En el documento tampoco se contempla el pago lineal por receta prescrita, tal y como ha aprobado Cataluña, que a partir de noviembre cobrará un euro por receta para recaudar 130 millones al año.
Fuente: Diario Cinco Días
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