Los mecanismos exigidos por la Unión Europea para sanear las economías han fallado en Irlanda, Portugal y Grecia. ¿Sucederá lo mismo en España?
«Merkel exige a Grecia que acelere el acuerdo de quita...», «Merkel exige más esfuerzos a Portugal...», «Merkel exige reformas enEspaña...». Son algunos de los titulares que, desde hace cierto tiempo, se leen en la prensa día sí, día también. Grecia aprobó la quita de parte de su deuda y, aún así, continúa inmersa en una crisis económica y social enorme. Portugal no tuvo más remedio que acudir al rescate financiero en la primavera de 2011 y, un año después, aún existen sospechas de que el estado portugués pueda financiarse solo en el año 2013. En el caso de Irlanda, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrecieron un préstamo de85.000 millones de euros con los que recapitalizar sus bancos y sanear sus finanzas públicas. Dos años después del rescate, Irlanda se enfrenta a «riesgos considerables».
Desde el comienzo de la crisis económica, los defensores de la política monetaria de la zona euro se han aferrado a un argumento básico: las economías más débiles de la eurozona sólo se mantendrían a flote si aplicaran políticas de austeridad. Aun cuando el crecimiento se derrumbara y se perdieran puestos de trabajo, los estados serían recompensados por los inversionistas, que estarían dispuestos a comprar sus bonos de deuda.
Este jueves, cuando Standard & Poor’s volvió a dar una bofetada a laeconomía española con una rebaja en la nota de dos escalones, puso de manifiesto lo que muchos inversores estaban diciendo desde hace meses: «España será incapaz de reducir su déficit en medio de una de las recesiones más graves de la zona euro», según informaciones del diario estadounidense «The New York Times». Si se siguieran los pasos S&P, las otras dos agencias de rating, Moody'sy Fitch, rebajarán nuevamente la calificación de la deuda soberana española.
Otro bache en el camino
Tras el varapalo de S&P, este viernes se han conocido los nuevos datos de paro en España, con una tasa del 24,4%, la más alta de la Unión Europea. Nada de esto se presenta como novedad para los inversores, quienes se supone que han de ayudar a España a mantenerse a flote. Y tampoco es una novedad para el número creciente de economistas y analistas que predicen que España pronto podría verse obligada a rescatar su sistema bancario, lo que podría terminar siendo, según puede leerse en la web de «The New York Times», un rescate mucho más abultado que los de Grecia, Portugal e Irlanda.
Hablan los analistas
El éxodo de los inversores de España es solo una pequeña muestra de lo que está ocurriendo en Europa, donde las políticas de forzar a los estados a mostrar competitividad recortando el gasto público y reduciendo los salarios, no se traducirá en un crecimiento económico del país, ya sea en Grecia, Italia o España
A largo plazo, España y sus aliados en Europa sostienen que las reformas económicas puestas en marcha van a liberar a los mercados laborales y, finalmente conducirán a la creación de empleo. Sin embargo, como Grecia e Irlanda mostraron, estos cambios necesitan tiempo para dar sus frutos. Por el momento, los recortes en el gasto y la recesión están haciendo perder trabajos, no ganarlos. Es por eso que los analistas esperan que el desempleo en España alcance el 30% antes de empezar a mejorar.
Así las cosas, Europa y España continúan pensando que es el mejor camino para conseguirlo pero, ¿hasta cuándo?.
Fuente: Diario ABC
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