jueves, 3 de mayo de 2012

Rajoy quiere reducir el gasto público a un nivel nunca visto desde 1984


El conjunto de la Administración pública (Estado central, comunidades autónomas, ayuntamientos y Seguridad Social) gastaron el año pasado 468.429 millones de euros, un 43,6% del PIB. El Gobierno aspira a reducir ese porcentaje hasta el 37,7% del PIB en 2015, el nivel más bajo desde 1984. Supone un recorte sin precedentes. Si se cumple el Programa de Estabilidad (2012-2015), las partidas presupuestarias se reducirán en 5,9 puntos en cuatro años.
Durante las dos legislaturas de José María Aznar (1996-2004), el gasto público cayó 5,5 puntos. Así, Rajoy pretende hacer en cuatro años un recorte presupuestario mayor que el llevado a cabo por Aznar en ocho.
Es cierto que un Programa de Estabilidad es lo más parecido al listado de buenos propósitos que se hace en Nochevieja y nunca se cumplen. Sin embargo, en este caso, el actual Ejecutivo ya ha dado muestras de que se toma muy en serio el saneamiento de las cuentas públicas. No solo ha aprobado un recorte de 11.000 millones en dos áreas sensibles como son sanidad y educación, sino que, además, ha puesto en marcha una Ley de Estabilidad Presupuestaria que le permite intervenir a comunidades que incumplan el objetivo de déficit o, incluso, disolver ayuntamientos.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy reconoce que los ajustes tendrán un efecto negativo sobre el PIB en el corto plazo, pero confía en que, a la larga, las medidas resulten positivas. En el imaginario de Moncloa aparece esta concatenación de causas y efectos: las medidas de austeridad derivarán en una mayor confianza de los mercados. Ello reducirá la prima de riesgo y abaratará la financiación a empresas, Administración y particulares, lo que alentará el crecimiento económico y, por lo tanto, también la creación de empleo.
Si fallan estas premisas, no existe un plan B. En cualquier caso, el Ejecutivo tiene pocas alternativas, ya que Bruselas exige el cumplimiento de los objetivos de estabilidad. España registró un déficit público del 8,5% del PIB en 2011 y debe reducirlo hasta el 5,3% este año y el 3% en 2013. Ello supone un ajuste de 58.774 millones de euros en dos años.
Cada vez más voces alertan de que la obsesión por reducir el déficit puede resultar contraproducente y reclaman medidas de estímulo económico. La respuesta del Ejecutivo es clara: el anterior Gobierno ya siguió esa senda en los primeros compases de la crisis y ello no dio resultado. Durante las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), el gasto público se incrementó en 4,7 puntos. De hecho, las cifras del Ministerio de Economía sugieren que es falsa la idea de que ya no existe la izquierda y la derecha.
Durante las etapas de Gobiernos socialistas se observa un incremento notable del gasto público, una tendencia que se rompe con la llegada de un Ejecutivo conservador. Si el presupuesto total del sector público se sitúa en el 37,7% del PIB en 2015, España se alejará y mucho de los estándares de la vieja Europa. El gasto público en Alemania, Francia, Bélgica o Italia se mueve en niveles cercanos o superiores al 50% del PIB. En cambio, en la mayoría de países de Europa del Este se sitúa por debajo del 40%.

Las cifras

58.774 millones es el importe en el que España debe rebajar el déficit hasta 2013 para cumplir con Bruselas.
49,4% es el porcentaje de gasto público sobre el PIB en 2011 en la media de la zona euro. España se situó en el 43,6% y el objetivo del Gobierno pasa por rebajar esa cifra hasta el 37,7% en 2015. Un ajuste sin precedentes.

España pierde más ingresos que nadie

España es el país de la eurozona que ha sufrido un mayor retroceso en los ingresos públicos desde 2007, año que marcó el cambio de tendencia en la economía mundial. En la Unión Europea, solo Bulgaria presenta un dato peor. En 2007, España ingresó 433.209 millones, un 41,1% del PIB. Y, en 2011, los recursos públicos se redujeron hasta los 378.391 millones (35,1% del PIB). Es decir, una caída de seis puntos porcentuales en apenas cuatro años.
No existe en la historia reciente ningún periodo en el que se observe un deterioro de las cuentas públicas de tal magnitud. Además, mientras los ingresos caían a plomo, los gastos públicos entre 2007 y 2011 se incrementaron del 39,2% al 43,6% del PIB, un aumento de 4,4 puntos que supera la media de la UE. Así, España, durante la crisis, ha perdido más ingresos que nadie y ha gastado por encima de la mayoría de países europeos. El resultado ya es conocido. Los números rojos superan los 91.000 millones, el 8,5% del PIB. El tercer mayor déficit de toda Europa.


Fuente: Diario Cinco Días
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