La forma en que el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha llevado las riendas de la negociación con los sindicatos está levantando ampollas en el seno de la organización que dirige. El ala más dura de la patronal recrimina al presidente su flexibilidad en el diálogo y el hecho de que tomara decisiones de calado sin contar antes a los órganos de gobierno de la patronal.
Hace unos días, el presidente de la patronal andaluza, Santiago Herrero, envió una carta a Juan Rosell en la que asegura que «hubiera sido preferible no haber llegado a compromisos que poco añaden y mucho dificultan nuestro papel institucional en el futuro». Echó de menos Herrero que con antelación a la publicación —de los acuerdos— hubiera mediado alguna reunión de algún órgano de gobierno o de vicepresidentes para, de este modo, oír los diversos pareces que sobre esta cuestión tan importante existen en nuestra organización».
Herrero, que compitió con Rosell a la presidencia de la patronal en diciembre de 2010, también se refiere en su misiva, a la que ha tenido acceso ABC, a la petición realizada por Rosell, Méndez y Toxo al Gobierno para que no legislara en salarios y convenios colectivos. Y dice: «Bloquear y blindar la moderación salarial, el favorecimiento del uso de la flexibilidad interna y las cuestiones que afectan a la estructura de la negociación colectiva, haciendo desaparecer los obstáculos que hoy los impiden, puede producir un efecto no deseado para las empresas necesitadas de un marco más adecuado y flexible para su desenvolvimiento económico y laboral».
«Hemos anticipado nuestra concesión a los sindicatos al requerir al Gobierno que no legisle en materia e flexililidad interna sin nuestro consentimiento, sin recibir, que yo sepa, la contraprestación en materia de moderación salarial para este año y los siguientes», advierte.
Las discrepancias en el seno de la organización empresarial ya se notaron la pasada semana. El martes, CEOE, UGT y CC.OO. enviaban un documento al Gobierno con las materias en las que había acuerdo (festivos, lucha contra el absentismo y mutuas de accidentes, solución extrajudicial de conflictos, mantenimiento de la jubilación anticipada y prejubilaciones y prórroga del modelo alemán de jornada) y reclaman más tiempo al Ejecutivo y que se mantuviera al margen y no legislara en salarios y convenios colectivos. Un día después el vicepresidente de la CEOE y presidente de CEIM, Arturo Fernández, instaba al Gobierno a legislar sin esperar a que sindicatos y empresarios alcanzaran un acuerdo, dado que las posturas entre ambas partes están «bastante alejadas». «Hemos intentado llegar a acuerdos con los sindicatos, pero no estamos llegando a pactos importantes para la reforma laboral que están pidiendo empresarios, trabajadores, y que se nos pide desde fuera», subrayó entonces.
Ese mismo día y con la misma contundencia se pronunció el presidente de Cepyme, Jesús Terciado. Urgió al Gobierno a que «inmediatamente tome las decisiones que tenga que tomar» ante la incapacidad de agentes sociales de llegar a un acuerdo. Añadió que continuar las negociaciones «sería perder el tiempo» ante la «imposibilidad» demostrada por ambas partes de lograr un punto de encuentro en asuntos como contratación y despido.
Hoja de ruta del Gobierno
Mientras, el Ejecutivo mantiene la hoja de ruta para aprobar la reforma laboral. Está previsto que el consejo del próximo viernes comience a estudiar las primeras modificaciones y que el consejo del viernes 27 las remate. Ese día se conocerá la EPA del cuarto trimestre de 2011, que anunciará 5,4 millones de parados y unos días después, el 30, Mariano Rajoy deberá rendir cuentas ante Europa, en la cumbre de empleo.
Ayer, la Comisión Europea volvía advertir al Gobierno que las medidas aplicadas no son suficientes para para corregir el déficit. Aunque reconoció que el Ejecutivo «está trabajando
activamente», pidió concreción.
Fuente: Diario ABC
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