- La segregación de la casa habitual representa una atractiva fuente de ingresos
- Los nuevos multipropietarios pueden alquilar o vender los pisos resultantes
- 'Suelen realizarse en pisos antiguos de 100 a 150 m² de barrios consolidados'
- Herederos, personas mayores e inversores, los principales demandantes
- La división de grandes casas en varias facilita, además, su comercialización
Con los vientos de la crisis arreciando con fuerza, el refugio contra los problemas económicos puede estar en su propia casa. Sobre todo, si ésta es de un importante tamaño. A través de una segregación -división de un inmueble en varios-, un propietario puede convertirse en multipropietario y disponer de más pisos -sin perder su casa- para alquilar o, directamente, para vender y hacer caja.
"La segregación de una vivienda es una actuación completamente legal que requiere, entre otros puntos, la aprobación por unanimidad de la comunidad de propietarios, la gran traba en muchas ocasiones", remarca Juan Quintanilla, director de Prissma Home, empresa especializada en este tipo de actuaciones. Una actividad, como apunta este experto, actualmente al alza a causa de la crisis. "La posibilidad de trocear un piso ofrece a los dueños soluciones y alternativas en la gestión de su patrimonio", señala.
Los propietarios que demandan la segregación se diferencian, según Prissma Home, en cuatro tipos: personas de avanzada edad a las que la casa se les ha quedado grande y pueden desprenderse (venta o alquiler) de parte de ella, arrendadores de amplios inmuebles que ya no se alquilan con facilidad, inversores que compraron grandes propiedades cuyos tamaños las hacen casi invendibles y herederos -el perfil más habitual hasta la irrupción de la crisis-.
En cuanto a la ejecución de una obra de este tipo, Quintanilla la resume en una frase: "Crear dos o más espacios independientes y habitables donde había uno". Toda una reproducción de una vivienda que debe cumplir una doble 'hoja de ruta': administrativa -desde la realización del proyecto a la solicitud de cédulas de habitabilidad pasando por el registro de los nuevos inmuebles- y legal.
En este sentido, una segregaciónrespeta las normas urbanísticasdel Plan General de Ordenación Urbana. Los nuevos inmuebles deben tener una superficie útil superior a 38 metros cuadrados con estancia comedor, cocina, dormitorio y aseo (y de 25 si se integra estancia comedor cocina), puerta independiente, altura mínima de 250 centímetros en el 75% de la casa, iluminación natural al menos en el 12% de la superficie, pasillos de un ancho mínimo de 85 centímetros, etc.
Estos proyectos, como explica Quintanilla, "suelen realizarse en pisos antiguos de 100 a 150 metros cuadrados de barrios consolidados como Salamanca o Chamberí adquiridos en su día por familias adineradas". Respecto a su tiempo de ejecución, éste puede alargarse entre cuatro o cinco semanas por trámites administrativos y de dos a cuatro meses por la ejecución de la obra.
Mirando hacia los costes de una segregación, el responsable de Prissma Home indica que estos varían mucho según su complejidad y su estado de conservación. Como orientación, pone la conversión y adecuación integral de una vivienda de 180 metros cuadrados en la calle Alcalá, cuyo presupuesto de ejecución total ascendió a 99.000 euros.
Fuente: Diario El Mundo
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