La ausencia de un esquema de ayudas públicas que soporte la operación extrema la necesidad de CaixaBank de sacar partido lo antes posible a la absorción de Banca Cívica. El consejero delegado de la entidad catalana, Juan María Nin, ofreció ayer los primeros detalles sobre su estrategia. Las fuertes duplicidades que se generan entre ambas redes de oficinas -especialmente en Canarias y Andalucía- exigirá un importante ajuste de costes que se achacará mayoritariamente a Cívica. Del lado de los ingresos, CaixaBank busca elevar la vinculación de la clientela de Cívica y mejorar la eficiencia de sus centros.
En concreto, el informe remitido ayer por la entidad a la CNMV detalla que el 80% del ahorro de costes previsto repercutirá en Cívica, mientras que el 20% afectará a la estructura original de CaixaBank. El ajuste, que alcanzará los 540 millones de euros anuales en 2014, ascenderá a 54 millones este año y a 270 el próximo. Se busca mejorar la ratio de eficiencia (proporción de los ingresos que absorben los gastos) del banco catalán, ahora en el 51%, y de la entidad absorbida, en el 78%, y llevar al nuevo grupo a una ratio del 49%, una vez aprovechadas las sinergias. Popular, con el 42%, es la más eficiente.
El fuerte solapamiento de la red que presentan las 5.196 oficinas de CaixaBank y las 1.394 de Cívica en algunas regiones (Andalucía y Canarias, fundamentalmente) hacen prever que buena parte del ajuste afectará a centros y a personal. Los expertos hablan de cerrar entre 1.000 y 1.600 sucursales. El coste de la reestructuración será de 1.100 millones.
CaixaBank, que ya disfrutaba de la mayor red del país, ha pasado de ser líder presencial en Cataluña y Baleares a ganar la primera posición también en Andalucía, Navarra y Canarias. Además, es la segunda firma en Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y País Vasco. El objetivo ahora es ganar peso en aquellas regiones en las que CaixaBank no es la número uno, pues si en Cataluña lideran el 28,3% del mercado con el 24,5% de oficinas, en las zonas de expansión posee el 10% de sucursales y solo controla el 6,8% del negocio. Por el lado de las sinergias de ingresos, aún por detallar, CaixaBank busca hacerse con el 15% de la cuota de productos minoristas. Aunque la fusión controla ya el 20,1% de las nóminas, el 20,1% de las pensiones y el 17,1% de los planes de pensiones, la idea es mejorar la comercialización de depósitos (14% del mercado), fondos de inversión (13,7%) y créditos (13,4%). Desde la entidad exponen que parte de dicho proceso pasa por vincular más a los 3,9 millones de clientes de Cívica a nuevos productos (fondos, seguros...) que ya mueve CaixaBank entre sus 10,4 millones de usuarios.
"Hemos cumplido nuestros objetivos", señalaba ayer su consejero delegado, argumentando que el banco "no tiene sobre la mesa" nuevas compras pendientes. Nin asumió, eso sí, que la entidad seguirá atenta a las oportunidades que surjan en zonas de España donde tenga menor presencia, como Galicia, donde Cívica no ha aportado ninguna oficina. Una ventana abierta, pese a la declaración inicial, al interés que podría tener la entidad en hacerse con Novagalicia si esta no consigue salir adelante en solitario.
Cívica cae un 16% en Bolsa
La respuesta bursátil de ayer a la operación -el lunes ambas cotizaciones estuvieron suspendidas- comenzó de forma positiva, con un alza del 5% para CaixaBank. La sesión se complicó, sin embargo, hasta cerrar con una caída del 2,43%, en 3,01 euros. Cívica, por su parte, sufrió un desplome del 16,44% dejando la acción en 1,85 euros, aún por debajo de los 1,97 euros del canje previsto.
Fuente: Diario Cinco Días
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