No ha cumplido tres meses al frente del Ministerio de Economía y Competitividad, pero su ritmo de trabajo es frenético. Ha diseñado la reforma financiera, las nuevas reglas para minimizar el impacto de los desahucios y ha participado en la reforma laboral y en el nuevo mecanismo para que los proveedores cobren las facturas impagadas de la Administración. Pero su principal tarea es convencer a los socios europeos y a los inversores internacionales de las bondades de estas reformas y de que España es un socio fiable, que cumple sus compromisos.
—Los sindicatos acaban de convocar una huelga general contra la reforma del mercado de trabajo. ¿Está dispuesto el Gobierno a cambiar la norma para evitar la huelga?
—No han tardado ni cien días en convocar la huelga. La reforma laboral es la respuesta adecuada al deterioro del mercado de trabajo que ha sufrido España en estos años, el mayor no solo de todos los países de la Unión Europea sino de toda la OCDE. Hemos tenido el mayor incremento del paro de los países industrializados a causa de la legislación laboral. Y el Gobierno intenta modificar esta situación y poner las reglas para que se vuelva a crear empleo a medio plazo.
—Pero en el corto plazo ¿no provocará un aumento del paro? Las empresas pueden aprovechar el despido más barato para deshacerse de los trabajadores con mayores sueldos.
—En absoluto. La anterior dualidad en el mercado de trabajo y las cláusulas de la negociación colectiva no han impedido que en España se haya producido el mayor deterioro laboral de la OCDE, mayor incluso que en los países rescatados. Esta situación obligaba a una reforma laboral que busca un solo objetivo, que se vuelva a contratar. Se pueden buscar justificaciones pero no existe ningún analista en España ni en el ámbito internacional que considere que la regulación laboral que teníamos vigente no se tenía que haber modificado. El Banco de España ha dicho que si hubiéramos tenido una legislación como la que acabamos de aprobar nos hubiésemos ahorrado un millón de parados.
—¿Y esta es la reforma que quería el ministro de Economía? Hay quien dice que ha habido tensiones dentro del propio Gobierno.
—El ministro de Economía apoya esta reforma al cien por cien.
—¿Perjudicará la huelga la imagen de España en el exterior?
—Una huelga general nunca es un elemento positivo ya que, evidentemente, tendrá un impacto en los medios internacionales, pero todo el mundo sabe que España es un país serio que lo único que quiere es salir hacia delante y trabajar. Además el Gobierno, como ya ha anunciado, va a mantener sus posiciones en la reforma laboral, aunque con diálogo.
— Mañana hay reunión del Eurogrupo en la que se va a tratar el déficit español. Los técnicos de la Comisión Europea incluso han venido a Madrid para analizar las cuentas de 2011. ¿Qué dudas tiene Bruselas?
—Hay un punto de partida negativo y es que el déficit previsto para 2011 del 6% del PIB se ha convertido en el 8,5%. Se podía prever en función de la evolución de las cuentas a lo largo del año. Se trata, por tanto, de una desviación importante pero no de una sorpresa absoluta. Cuando el Gobierno toma posesión a finales de diciembre el antiguo interventor general del Estado le dice que el déficit va a estar por encima del 8% e inmediatamente se comentó este dato con la Comisión Europea y con el resto de socios europeos. De ahí que el 30 de diciembre se aprobara el primer paquete de ajuste de casi un 1,4% del PIB. De lo anterior se deduce que el Gobierno no ha inflado las cifras ni han fallado los sistemas estadísticos españoles ni de control. Lo que ha fallado es la voluntad de ajuste presupuestario del anterior Gobierno.
—Y ahora el Gobierno ha fijado un objetivo de déficit del 5,8%, muy por encima del 4,4% al que se había comprometido el Ejecutivo de Zapatero. Eso genera recelos en Europa.
—El Programa de Estabilidad de España fijaba un objetivo de déficit del 4,4% con un crecimiento del 2,3%. Sin embargo, y por desgracia, en España este año vamos a tener una caída del PIB del 1,7%. El resultado es que hay dos elementos que se han modificado sustancialmente: el punto de partida y el entorno en que se va a mover el Presupuesto de 2012. A partir de ahí la posición de España —compartida con la Comisión Europea y el resto de socios europeos— es que va a hacer todo el esfuerzo de ajuste fiscal en términos estructurales que no se hizo el año pasado y el que se había comprometido para este año. En total, un ajuste del entorno del 3,3% del PIB, en un solo ejercicio, en el que además va a haber una caída de la actividad. Es un esfuerzo de consolidación fiscal y de austeridad importantísimo, y esto ha sido muy bien valorado por nuestros socios.
—Hay quien ha interpretado el nuevo objetivo de déficit como un reto de Rajoy a Europa...
—Aquí no ha habido el más mínimo reto. España es un socio leal absolutamente comprometido con las reglas fiscales europeas. Vamos a cumplir nuestros compromisos hasta el final pero teniendo en cuenta también que las circunstancias han cambiado.Este Gobierno, pese a que se ha encontrado un desfase de 25.000 millones, va a compensar en gran parte en términos estructurales la desviación del año pasado y va a cumplir lo comprometido para este año, y estoy convencido de que en la reunión el Eurogrupo de mañana va a salir un compromiso de reconocimiento de que España está haciendo un gran esfuerzo de consolidación presupuestaria y que cumple las reglas. En el anterior Eurogrupo la reforma laboral y la financiera fueron muy bien valoradas por la Comisión Europea y el BCE.
—Pero ¿estaba hablado al menos con el resto de socios europeos el mayor déficit público para 2012?
—La Comisión Europea conocía desde el primer momento la desviación del presupuesto y el compromiso del Gobierno español con la consolidación fiscal y con las reformas económicas, que conoce y comparte. El caso de España es relevante porque es el primero que se va a producir y el que va a marcar la senda.
—Incluso con un objetivo de déficit más elevado, todavía hay un ajuste enorme por hacer, unos 20.000 millones. ¿De donde se va a recortar?
—Los Presupuestos se aprobarán a finales de este mes. Ya tenemos un techo de gasto que incluye una reducción importante de los gastos de los diferentes Ministerios, también un esfuerzo en el ámbito de las comunidades autónomas y ayuntamientos, por lo que el esfuerzo se va a repartir. Es un esfuerzo importante que se va a centrar en el gasto público.
—¿Y este esfuerzo se puede hacer sin subir el IVA?
—Por supuesto. No se va a subir el IVA en los Presupuestos de este año.
—¿Y después de los Presupuestos?
—Este año no se va a subir el IVA.
—¿Y otros impuestos?
—El esfuerzo se va a centrar en el gasto público.
—Las autonomías van a concentrar buena parte del ajuste ¿Se va a hacer algún cambio normativo desde el Gobierno central para ayudarles con el ajuste, como implantar medidas de copago en sanidad o educación?
—Hay que tener en cuenta que el presupuesto de este año se aprobará a mediados de mayo e inmediatamente nos meteremos en la discusión del de 2013 por lo que el presupuesto de este año será corto y de transición. Por tanto, casi serán más importantes los Presupuestos de 2013, desde el punto de vista de lo que va a ser la concreción del esfuerzo y de todas las reformas económicas. Esperamos, además, que el entorno económico en 2013 sea distinto y que las reformas empiecen a dar sus frutos.
—¿Está en riesgo el puesto de España en el Banco Central Europeo?
—España mantiene todas sus opciones abiertas al respecto.
—¿Cuándo empezaremos a ver la luz al final del túnel? El escenario que han dibujado en su cuadro macroeconómico para este año es desolador.
—El primer semestre va a ser muy duro, el tercer trimestre puede haber una cierta estabilización y yo espero que a final de año se empiece a ver una cierta mejora. Hay aspectos positivos como el hecho de que este año por primera vez España no se va a endeudar con el exterior y en el año 2013 incluso podremos tener superávit con el exterior. Además, la evolución de la inflación va a ser muy moderada...
—Pero el BCE alerta de un alza de la inflación por la subida del petróleo y aleja una posible rebaja de tipos.
—La inflación va a ser moderada, lo que mejora la capacidad adquisitiva y los tipos ya están muy bajos, el Euribor está al 1,5%. Además, las reformas empezarán a dar sus frutos.
—¿Ayudará el entorno internacional?
—El entorno internacional está complicado. Estados Unidos no está mal, se ve una cierta recuperación. En Europa, después del rescate griego, se empezará la discusión sobre la ampliación del fondo de rescate, se ha firmado el Pacto Fiscal también y la inyección de liquidez del BCE ha tranquilizado la posibilidad de que algún banco europeo tuviera dificultades. Entre los aspectos negativos están que Asia y los países emergentes no crecen a lo que crecían hace unos trimestres. De este modo si el contexto internacional se estabiliza y en España se acelera la corrección de los desequilibrios, como está ocurriendo, y las reformas comienzan a dar sus frutos, empezaremos a ver la luz al final del túnel y el entorno en el que nos moveremos en 2013 será mucho mejor.
—¿Incluso para crear empleo?
—Para mejorar sustancialmente el comportamiento del mercado laboral.
—¿Y el petróleo no es un riesgo?
—Sin duda. Tenemos entre 20 y 25 dólares de prima de riesgo por los problemas de Irán.
—El acuerdo sobre la quita griega ¿es una solución definitiva o se trata de otro parche?
—El problema de Grecia se solucionará cuando en 2015 vuelva a tener capacidad de volver a financiarse en los mercados por sí misma, lo que va a depender de que el Gobierno griego haga las reformas económicas que tiene pendientes.
—Y en España, después de los Presupuestos ¿qué reformas tocan? Antes de ser ministro usted era partidario de liberalizar el sector comercial.
—Ya hemos propuesto una norma, que estamos debatiendo con las autonomías, para que los pequeños negocios puedan recibir la licencia a posteriori, una vez que están funcionando.
—¿Es Madrid el ejemplo a seguir en aperturas y horarios comerciales?
—El Ministerio de Economía está a favor de la libertad comercial aunque hay que tener en cuenta que las competencias en materia de libertad de horarios son de las comunidades y son ellas las que tienen que valorar si un en un entorno recesivo como el actual esa libertad tendría un impacto positivo en la actividad y el empleo.
—¿Y cómo va a recuperar la unidad de mercado que anunció Rajoy?
— Haciendo que la regulación que se exige a las empresas sea la misma en todo el territorio nacional.
—¿Pero para eso necesitan el consenso autonómico?
—Por supuesto. Y todos estamos en el mismo bote.
— Se ha aprobado una nueva regulación sobre desahucios. Hay quien dice que es una medida residual y que afectará a pocas familias.
—La cuestión es que la crisis en España ya dura mucho y ha atacado a los más débiles. La política del Gobierno se basa en austeridad, reformas y solidaridad y ahora, en un momento donde todo el mundo tiene que arrimar el hombro, es importantísimo mantener la cohesión social. En España la cifra de desahucios está entre 50.000 y 70.000 por año. Una persona puede perder su empleo y es una tragedia pero si pierde su casa es un drama. Lo que hace la norma es establecer un alivio para las familias que tienen a todos sus miembros en el paro y que no tienen ingresos alternativos. Este alivio tiene algo así como tres etapas: bajar los tipos de interés y alargar las hipotecas, luego se establecen quitas en el importe de las hipotecas y por último se llega a la dación en pago. Es positivo para los deudores pero también para los bancos. ya que en estos momentos de dificultad, da la señal de que también arriman el hombro.
— El Gobierno también ha aprobado una línea de crédito de 35.000 millones para que las administraciones paguen a los proveedores. La duda es ¿cómo se garantiza que al final sean comunidades y ayuntamientos los que paguen sus facturas pendientes?
—Esta ayuda viene condicionada a que comunidades y ayuntamientos cumplan con un plan de ajuste económico que Hacienda va a vigilar de forma muy estricta y que tiene que ser aprobado previamente. El Tesoro da la garantía de los préstamos con la contragarantía a su vez de la participación de estas administraciones territoriales en los ingresos estatales.
—Vamos, que si no pagan, se les descuenta del dinero que les tiene que transferir el Estado.
—Sí, eso es.
Fuente: Diario ABC
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