- 'Los españoles somos muy reticentes a alquilar nuestras propiedades'
- Desde 2008 ha aumentado la oferta de apartamentos en verano
- 'Antes la demanda era 100% nacional, ahora sólo representa el 10%'
"Comencé a alquilar mi casa hace tres años, y la crisis fue el motivo principal para hacerlo", confiesa Marián Martínez, propietaria de un apartamento en Peñíscola (Castellón) para el que este año también busca inquilino en los portales inmobiliarios de la red. En Benalmádena (Málaga), a Rocío López le sucede tres cuartas partes de lo mismo: "no creo que nadie alquile por gusto -confiesa-. Hay muy malas experiencias y, si no lo necesitas, ni te lo planteas". Ésta es la realidad de muchos 'neo-arrendatarios'.
Como explica Laura Rivera-Casares, responsable comercial de Homeaway en España, "los españoles somos muy reticentes a alquilar nuestras propiedades" y el mercado sólo crece en "más función de la necesidad que por otra cosa", finaliza.
Principalmente, porque la mayoría tienen apartamentos que no están 'hechos' para alquilarse. De esa manera opina José Manuel Poblete, "yo tengo un estudio en Fuengirola que es más de batalla, pero también tengo otro piso que tiene más calidad y no está construido para alquilarlo. Pueden destrozarlo", aclara. Sin embargo, ante la perspectiva de que "irse a un apartamento es un 57% más económico que a un hotel", apunta Rivera-Casares, es difícil tener un piso desocupado y resistirse a sacarlo en alquiler.
Por eso, no es de extrañar que desde 2008 haya aumentado considerablemente la oferta de apartamentos, y que, por consiguiente, se hayan reducido los precios. Algunos hasta un 67%, en portales como Homelidays. Y ni con esas es fácil conseguir clientes. "Antes ponía el anuncio en un periódico y ya estaba casi alquilado. Ahora casi tienes que rezar para que eso ocurra", comenta Poblete, que ha ido rebajando su estudio desde 475 hasta 250 euros a la semana, "y no se alquila..."
El fenómeno 'lastminute'
Muchos coinciden en que reciben muchas peticiones pero "no son confirmadas casi hasta el final", afirma Rocío López, cuyo apartamento para cinco personas se ha rebajado hasta un 40% y está actualmente en 250 euros a la semana. Este fenómeno 'lastminute', popularizado desde hace tres años, hace que "la gente espere para cerrar las operaciones por si bajan los precios en el último momento", según apunta Vicente Beltrán, vicepresidente del Colegio de API de Valencia.
Antes "los turistas planeaban sus vacaciones con meses de antelación", añade Beltrán, "ahora esa costumbre se reserva más para los extranjeros, que por tema de vuelos no pueden esperar hasta el último momento". Son éstos, además, los que mantienen la demanda alta en verano, ya que"hace tiempo casi el 100% eran españoles, pero ahora tan sólo representan el 10%", señala Marián Martínez. Con un aumento considerable de franceses, alemanes e italianos.
Más turismo 'de negocios'
No sólo el turismo vacacional está interesado en las ofertas de apartamentos, sino también las empresas. Por eso, cada vez son más los empresarios, que en lugar de alojarse en hoteles, cuando realizan viajes de negocios, se hospedan en casas. "En los cascos urbanos el tipo de turismo que más está aumentando principalmente es el de negocios", señala Beltrán "las empresas alquilan pisos con una sola habitación amueblado durante todo el año, y les sale más rentable".
En contraposición, en el turismo vacacional la tendencia de irse en familia y a casas grandes situadas en la costa. Porque aunque haya descendido la demanda, y mucha gente prefiera no salir en verano, los que se animan continúan escogiendo en primer lugar nuestro destino favorito: 'sol y playa'.
Fuente: Diario El Mundo
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