El periodo concedido a la banca para presentar sus planes de saneamiento inmobiliario concluyó ayer. Los informes que la banca ha presentado se convirtieron en papel mojado 48 horas antes de que acabara el plazo. Puede que antes. La petición, realizada el sábado por parte del Gobierno, de un rescate europeo para la banca española, dotado de hasta 100.000 millones de euros, ha contentado a los analistas, que consideran la cifra "adecuada" para cubrir con creces la recapitalización del sector financiero. Semejante cuantía, sin embargo, también abre la puerta a admitir que el agujero podría ser mayor de lo previsto y a que la necesidad de acudir a las ayudas europeas podría afectar no solo ya a las entidades intervenidas y a algunas de las antiguas cajas, sino a la banca mediana.
"Si los criterios de las valoradoras son extremadamente duros, aquí caemos todos menos BBVA y Santander", asumen desde una importante entidad, donde explican que el listón lo pondrán los escenarios de recesión y los requisitos de capital que utilicen las evaluadoras independientes Roland Berger y Oliver Wyman en los test de estrés que deben publicar antes del 21 de junio. Del resultado se derivará una tercera factura para el sector (tras los 54.000 millones de provisionar los activos adjudicados y los 28.000 para cubrir el crédito sano al ladrillo). "Será importante discriminar dentro del sector bancario", adelantan los expertos de Ahorro Corporación, cuyos cálculos indican que "Santander, BBVA y CaixaBank no necesitan capital adicional", pero que "el único banco mediano que destaca en positivo sería Sabadell".
Una conclusión que comparten los analistas de HSBC, quienes estiman que "Banesto y Popular serán los más afectados" por el nuevo decreto. Parte de sus necesidades de capital, admiten, podría ser cubiertas con la conversión de preferentes -el primero cuenta con unos 350 millones y el segundo con unos 300- mientras que Banesto tiene detrás al grupo Santander para responder por él y Popular prevé obtener unos 2.000 millones por la venta de activos en dos años. La mala situación, sin embargo, impide garantizar dichos ingresos, algo que preocupa a los analistas. De ahí para abajo, la lupa ya venía estando puesta en el sector de cajas. Ibercaja y Liberbank han admitido que tendrán que recurrir a ayudas públicas para restaurar el déficit de capital generado por las exigencias del segundo real decreto. BMN está en una situación claramente desfavorable, tras quedarse desparejada, de momento, en este baile de entidades. Tampoco Unicaja, pese a su aclamada solvencia, lo tiene fácil en vista de que carga con la adquisición de Caja España-Duero.
El único agujero claro, de momento, es el generado por la intervenida Bankia cuya nueva dirección ha reclamado 19.000 millones, lo que algunas fuentes del sector consideran una petición excesiva. Los cálculos de Banco de España apuntan a que Catalunya Caixa y Novagalicia, también en manos del Estado, necesitarán otros 9.000 millones. El número total de afectados, y la factura final, se irá afinando en los próximos días.
El calendario para el sector financiero
Evaluaciones
El 21 de junio es la fecha tope en la que el Ministerio de Economía y el Banco de España esperan recibir los resultados de los test de estrés que preparan las evaluadoras independientes Roland Berger y Oliver Wyman. En función de las necesidades que se conozcan entonces, apuntan en Economía, se podrá iniciar el proceso de inyección de los fondos públicos europeos a aquellas entidades que lo necesiten.
Fusiones
El 30 de junio es, a más tardar, el día en el que las entidades que tengan previsto fusionarse deben comunicarlo a las autoridades supervisoras. Aunque desde el Ministerio de Economía aseveran que dicho calendario no será modificado, los procesos en marcha se han ralentizado a la espera de comprobar qué nuevas necesidades detectan las evaluadoras en cada entidad. Aun así, para dicha fecha aún no se conocerá el dictamen final, el de las auditoras.
Auditorías
El 31 de julio es el día en el que está previsto que se anuncien los resultados del examen, este sí, crédito a crédito, entidad a entidad, que efectuarán las cuatro grandes auditoras (Deloitte, Ernst & Young, KPMG y PwC) para comprobar si la banca tiene convenientemente contabilizadas, y provisionadas, sus carteras de crédito. No será hasta entonces cuando la cifra de necesidades de cada entidad sea totalmente definitiva.
'Bancos malos'
El 31 de diciembre es el momento en el que Economía exige a las entidades financieras que haya culminado sus deberes de saneamiento y segregado sus activos inmobiliarios en sociedades de gestión conocidas como bancos malos. Las entidades que se fusionen, eso sí, tendrán un plazo mayor, hasta agosto de 2013. El Banco Central Europeo, en todo caso, criticó ayer que el modelo de bancos malos requeridos aún no haya sido bien concretado.
Fuente: Diario Cinco Días
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