Termina un año desconcertante. Un ejercicio en el que bajan las ventas de cava Freixenet en Cataluña y crecen en toda España. Para algunos, 2013 termina poniendo fin a la recesión, mientras que para otros supone el principio del fin.
En el primer grupo estarían las entidades financieras (hasta septiembre, el beneficio del Banco Santander crecía un 77,2%; el del BBVA, un 85,8% hasta octubre; el de CaixaBank, un 164,5 %).
También van bien las grandes eléctricas de nuestro país, que en los cinco primeros meses del año prácticamente doblaban el margen de beneficio de las europeas. De hecho, Iberdrola y Endesa se han colocado este año entre las tres eléctricas europeas con más beneficios.
Y, en general, estarían las grandes cotizadas, que han aumentado sus beneficios un 9% de media hasta octubre (en conjunto, las empresas del Ibex han registrado su mayor avance de beneficios desde 2010).
También estarían las empresas exportadoras que han mejorado sus márgenes y han conseguido crecer, gracias en buena medida a la flexibilidad que ha aportado la Reforma Laboral del Gobierno. Hasta las constructoras han conseguido incrementar su negocio un 30% en 2013; eso sí, en el exterior.
La obra internacional sigue manteniendo a flote a las multinacionales españolas. Incluso están en este grupo un buen puñado de agencias de rating y organismos internacionales -Standard & Poor's, Moody's, FMI, BM, OCDE, la propia Comisión Europea- que hace poco vapuleaban nuestra economía y ahora hacen acto de contricción por haberla tratado con tanta severidad.
Mareas, desahucios y pobreza
En el segundo grupo están los desempleados, los miles de trabajadores que han sufrido un Expediente de Regulación de Empleo en sus empresas -pequeñas, grandes y multinacionales- y, en general, los 126.700 desempleados nuevos que deja este año, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Y muy especialmente los parados de larga duración, que son un 12,5% más numerosos este año.
También estarían las mareas -blancas, verdes y de todo color y condición- que han llenado las calles de indignación ciudadana, contra los recortes en educación y dependencia, contra la privatización de la sanidad y los recortes, contra la corrupción, contra los desahucios... También están en este grupo los que los han sufrido.
Los jueces ejecutaron 37.545 desahucios en el primer semestre del año, una media de 206 desalojos forzados diarios. Los más de 20.000 pequeños comercios que echarán el cierre este año en toda España. Los cerca de 25.000 alumnos que se han quedado sin beca. Los cerca de cuatro millones de españoles que sufren la pobreza energética. Y los más de tres millones afectados por pobreza severa.
Sin I+D no hay proyecto
El año nos deja todo tipo de cifras y titulares. Pero hay uno, con sus cifras correspondientes, que va a marcar más nuestra economía que todas las reformas juntas realizadas por el Gobierno más el impacto de las que no ha acometido y sigue aplazando: "Todos los sectores económicos españoles han reducido el gasto en I+D".
No es un dato cualquiera, es la primera vez que pasa. Según cifras del informe Cotec 2013, la Administración Pública redujo su gasto en I+D en 169 millones de euros (-5,7 por ciento interanual) en 2011. Era el primer recorte desde que empezara a crecer la partida de forma ininterrumpida desde 1995.
La cifra, siendo pésima, tiene una lectura aún peor: recomponemos el puzzle de la realidad con un puñado de datos estadísticos que nos sirven, con dos años de desfase, uno en el mejor de los casos.
Significa que la realidad de parámetros como la I+D, clave para el proyecto económico de un país -algo parecido a la carrera que uno decide estudiar para labrarse un futuro mejor-, son mucho peores de lo que reflejan las estadísticas; se verá cuando se contabilicen las caídas de 2012 y de este año, establecidas en el Plan Nacional de Reformas 2013.
Todo esto se traduce, ahora que el mantra de la recuperación resuena como el eco, en que la economía española en realidad se tiene que levantar desde mucho más abajo. La repercusión de los recortes en I+D es clave en muchos de los sectores que pueden ser estratégicos para nuestra economía.
Como las tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC), con un gran potencial de crecimiento dada la posición de liderazgo de las empreas españolas.
O el medioambiental, formado por un tejido empresarial muy innovador, destino de numerosos proyectos de la UE. El sector tecnológico relacionado con salud, como el biotecnológico, que ya se sitúa como novena potencia científica mundial. Y para la industria aeronáutica, a una media del 11,6 por ciento anual en la última década. Y para las energías renovables, un sector que emplea a 100.000 personas de forma directa e indirecta y ha permitido a nuestro país liderar la tecnología.
También lo es para el sector de logística y transporte, que crece exponencialmente y ha convertido nuestro país en un auténtico hub de conexión entre Europa y América Latina y norte de África. Es uno de los grandes beneficiados de la pujanza del sector exterior, empujado por unas exportaciones que crecen el doble de rápido que el ritmo al que avanza el comercio mundial.
En conjunto, y sin olvidar el sector de hostelería, responsable de una sexta parte de los empleos que se crean, son los sectores más dinámicos en la creación de empleo.
De momento, entre julio y septiembre se crearon en España 39.400 puestos de trabajo, lo que supuso un repunte del empleo del 0,25% en términos intertrimestrales, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Sin embargo, el impacto de los recortes todavía nos puede dar más de un disgusto.
A falta de I+D, y con la competitividad de nuestra economía pendiente de un hilo -bueno de dos, del precio de la energía y del crédito bancario-, la recuperación nos está saliendo muy cara, porque el coste, de momento, grava sobre todo los salarios.
Se trata de una competitividad que, de momento, nos ha permitido mejorar las exportaciones, pero que condena al capital social al limbo de la innovación productiva. Es la conclusión que se desprende del último informe publicado por la asoción por la innovación en la empresa española, Cotec: España se encuentra entre los países con un capital social menos afín a la innovación productiva.
Leer más: El año en el que la economÃa cambió de rumbo: adiós a un 2013 de contradicciones - elEconomista.es http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/movdic13/economia/noticias/5421782/12/13/El-ano-en-el-que-la-economia-comenzo-a-despuntar.html#Kku83oQOy8Zlxe94
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