Una pareja solicita información durante el transcurso de una feria inmobiliaria. ANTONIO HEREDIA
La elevada fiscalidad que ya envuelve a la vivienda podría verse incrementada aún más. Varios profesionales del sector consultados por este suplemento asumen con temor que la comisión de expertos que cocina la próxima reforma fiscal -que verá la luz en primavera- podría estar estudiando la posibilidad de pasar este producto (la adquisición de casas a estrenar) del IVA reducido, del 10%, al general, del 21%.
Una posible modificación tributaria que fuentes del Ministerio de Hacienda califican como otra elucubración más entre todas las que se están haciendo en torno a la reforma. Desde el departamento que dirige Cristóbal Montoro se insiste en que el Gobierno no está estudiando ninguna medida a la espera del informe de los expertos, y que será a partir de febrero cuando se tomen las decisiones concretas.
Las mismas fuentes ministeriales recuerdan que Bruselas dictó una sentencia que obliga a pasar al régimen general algunos productos, entre los que no se encuentra la vivienda. En este sentido, Miguel Ferre, secretario de Estado de Hacienda, ha admitido que "el futuro del IVA no está escrito", aunque ha insistido en que la apuesta de su departamento es ampliar las bases imponibles del tributo más que cambiar los diferentes tipos nominales del gravamen.
'Tendría efectos muy negativos para la actividad económica y para el empleo'
El presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) y de los promotores madrileños (Asprima), José Manuel Galindo, avisa de la consecuencia inmediata que tendría el incremento del impuesto: "La vivienda pasaría a valer inicialmente un 11% más. Que posteriormente se reajuste, ya se vería". "En cualquier caso, sería una muy mala noticia que se pasara al régimen general", continúa, "tanto para el sector como para el ciudadano". "Además, el cambio de tipo tendría efectos muy negativos para la actividad económica y el empleo", advierte.
José María Mollinedo, secretario general de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), vaticina que la subida del IVA al 21% «sería catastrófica» ya que "ralentizaría aún más una producción inmobiliaria que está bajo mínimos". Por ello, el experto fiscal y su colectivo abogan por mantener el statu quo actual, por la estabilidad. "El aumento de impuestos no parece que sea el mejor cóctel para que el mercado mejore, sino todo lo contrario ya que deteriora el consumo", avisa. Por ello, espera que esta posibilidad, que inquieta y mucho al sector, se quede en una mera conjetura.
Mollinedo reconoce que España es el último país de los Veintisiete en recaudación a través del IVA y entiende que el Gobierno quiera corregir esta realidad, pero, en su opinión, "no es por una cuestión de estructura, ya que la mayoría de países cuenta con tipos reducidos impositivos". Señala como causa el "importante fraude fiscal" haciendo alusión, por ejemplo, a que "en el mercado inmobiliario existe la práctica de escriturar por debajo del precio real".
Recaudación en picado
El portavoz de los técnicos de Hacienda no aprueba que se opte directamente por "la tentación" de pasar productos y servicios al tipo general para mejorar las cuentas. Unas cuentas que han caído en picado en esta partida. Exactamente, según los datos facilitados por la Agencia Tributaria, el IVA devengado a las arcas públicas por la adquisición de vivienda ha pasado de 4.333 millones en 2008 a tan sólo 1.015 millones en 2012. Se ha pasado de un gasto total destinado a la compra de casas a estrenar de 62.213 millones de euros a 25.385.
'El tipo general, a lo sumo, podría tener sentido fijarlo para casas de más de 300.000-400.000 €'
Al igual que Galindo y Mollinedo,Juan Enrique Varona, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Cantabria y director del libro 'La Fiscalidad de la Vivienda en España', valora muy negativamente la posibilidad de que el IVA de la vivienda habitual aumente al 21%. "Tendría un impacto social muy nocivo y no contribuiría a reactivar el mercado inmobiliario. Aumentar 11 puntos el impuesto elevaría en exceso la presión fiscal y sería muy injusto para el ciudadano", indica.
Varona manifiesta que "el tipo general a la vivienda, a lo sumo, podría tener sentido fijarlo a partir de un determinado precio del inmueble". A su parecer, el 21% quizá podría comenzar a aplicarse a desembolsos superiores a los 300.000 ó 400.000 euros. "Una propiedad de lujo sí que podría gravarse a un tipo superior. Es decir, un primer tramo al 10% y el restante, la parte del pago que excediera del montante marcado, ya tributaría al 21%", propone, siendo consciente la necesidad que tiene el Ejecutivo de recaudar y reducir el déficit.
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