martes, 27 de diciembre de 2011

Algunas notas sobre el déficit y qué implica

Últimamente se habla mucho del control del déficit público y que hay que reducirlo a toda costa. Y se habla tanto de esto y tan poco de otras cosas que parecen tener más relevancia (por ejemplo, ¿cómo bajamos el paro?) que a muchos ciudadanos les surge la pregunta: bueno, ¿y por qué hemos de reducir el déficit? ¿En qué me afecta?
Pues bien, tener un déficit público controlado es muy importante. Al final el déficit es lo que le falta al Estado para cubrir sus gastos porque los ingresos no son suficientes (cuando hablo de Estado me refiero a todas las administraciones, Estado central, comunidades, ayuntamientos). Es decir, el Estado ingresa cierto dinero, vía impuestos básicamente, y se gasta otra cantidad. Si el Estado gasta más de lo que ingresa, tiene déficit público.

Financiación del déficit público

Como ocurre en las economías domésticas si no hay ahorros (y los Estados no ahorran en general, con algunas excepciones como la Seguridad Social o Estados con muchos recursos naturales o superávit a través de los SWF) y encima gastan más de lo que ingresan, hay que pedir prestado (otra forma es vender activos, es decir, privatizar). Es decir, tienen que financiar el déficit. Y como le ocurre a todo el mundo cuando pide dinero prestado, tiene que pagar intereses por este dinero prestado. Si eres solvente te lo dejarán a un tipo de interés bajo, si no lo eres el interés será alto o directamente no lograrás suficiente dinero para financiar el déficit.
Si un año un Estado tiene mucho déficit, al año siguiente tendrá no sólo que pagar sus gastos comunes, sino también los intereses de la financiación (aparte de devolver el capital prestado). Esto es una simplificación, ya que los Estados se financian a muchos plazos distintos, seis meses, un año y así hasta cincuenta años. Pero lo que está claro es que tener un préstamo te obliga a dedicar dinero al pago de intereses.
Por ejemplo, en los Presupuestos del Estado para 2008 se dedicaban 16.600 millones de euros al pago de deuda pública. En cambio en 2011 para esa misma partida hemos tenido que dedicar 27.400 millones de euros. Una subida espectacular. Y si el déficit sigue disparado,esta partida seguirá subiendo.

Reducción brusca del déficit, la única salida a no hacer nada

Al final, si tenemos el déficit disparado siempre, tarde o temprano no tendremos dinero ni para pagar los intereses. Por tanto nos quedan dos salidas: reducir el déficit o dejar de pagar a los que nos prestaron dinero (lo que se denomina default). Si hacemos un default automáticamente los inversores dejarán de prestarnos dinero, porque nadie quiere prestar a quien no devuelve, y por tanto no podemos financiar nuestro déficit. Es decir, habría que cortar el déficit de golpe porque nadie nos lo financiaría. En conclusión, no hay salida. Si no se reduce el déficit al final hay que reducirlo a lo bestia.
Reducir el déficit tiene un problema: es muy impopular. No por lo que representa en sí, sino porque para hacerlo hay que tomar decisiones que afectan a la gente. Está claro que hay dos vías para reducirlo: ingresar más o gastar menos. Las dos medidas se usan: por ejemplo, subir impuestos logra subir los ingresos, y reducir el sueldo a los funcionarios baja los gastos (estoy poniendo dos ejemplos de cosas que ha hecho el Gobierno de España). Este tipo de medidas, repito, son muy impopulares, pero me voy a reiterar en la alternativa.

Solución para controlar el déficit público

La alternativa a reducir el déficit es cada vez gastar más dinero en el pago de la deuda, con lo que la capacidad de gasto se merma. Es decir, el Estado tendría que tomar medidas de reducción de gasto (como bajar el sueldo a los funcionarios) y ni siquiera estaría reduciendo el déficit, sólo cumpliendo con los compromisos de pago. Al final, si no queda dinero, se llega al default y hay que reducir el déficit a lo bestia, de un día para otro, y eso conlleva medidas muy bruscas y dolorosas. Esto es lo que está a punto de ocurrir en Grecia, si no logran una refinanciación de la deuda.
Realmente, ¿cuál es la verdadera solución al déficit? Lo que estamos haciendo ahora en España es poner parches, bajar gastos y subir ingresos vía impuestos para mantener la confianza en que no llegaremos a una situación extrema. Pero realmente el problema del déficit se solucionará cuando baje el paro (esto es un estabilizador automático). Si baja el paro el gasto social (desempleo básicamente) se reducirá y los ingresos crecerán (los impuestos al trabajo). Por tanto, aparte de tener que tomar medidas inmediatas de reducción del déficit, mediante acciones sobre el gasto e ingresos, el Gobierno debe aprobar reformas para que se cree empleo. Es fácil decirlo, claro. Hacerlo, y bien, es más complicado.
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