Para abonar la factura de la crisis y del elevado gasto público, España tendrá que pedir este año prestado a los mercados la cifra récord de 243.888 millones de euros, que equivalen a 668 millones de euros diarios. Esas necesidades financieras dispararán el coste de los intereses que afronta el Estado para financiarse hasta unos 36.662 millones de euros y harán que la deuda pública acabe el ejercicio representando el 98,9% del PIB, según las previsiones del Gobierno. No obstante, cualquier desviación en el cumplimiento del déficit podría hacer que la deuda superara el 100% de la riqueza nacional en 2014.
Esa deuda no sólo tendrá que ser renovada casi en su totalidad, sino que además, habrá que sumarle las emisiones que el Estado necesite realizar para cubrir el déficit o las necesidades del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), del que siguen dependiendo nueve comunidades autónomas, entre ellas, Cataluña, Castilla-La Mancha, Valencia, Andalucía o Canarias. En total, serán 243.888 millones de euros, un 17% más de lo presupuestado por el Ministerio de Hacienda para 2013 (207.000 millones de euros), aunque la estrategia del Tesoro elevó esa cifra ya el año pasado hasta los 230.000 millones.
De los 180.124 millones de euros en vencimientos (que equivalen a más de 493 millones de euros diarios), 156.384 millones corresponden al Tesoro, mientras que otros 14.615 millones de euros son deuda del Instituto de Crédito Oficial (ICO), 6.290 millones de euros pertenecen al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), 2.705 millones son del controvertido Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (FADE) y los 125 millones de euros restantes son vencimientos del Fondo para la Financiación de los Pagos a Proveedores.
Si el BCE penaliza la deuda soberana, ir a las subastas será menos atractivo
Pese a que el monto total de emisiones y el calendario de éstas tendrá que ser concretado en enero por el Tesoro, cuando presente su estrategia de financiación para 2014, lo cierto es que el imparable aumento de la deuda está impidiendo que la mejora de los mercados financieros alivie de forma significativa el peso de los intereses que las arcas públicas tienen que afrontar cada año. De hecho, pese a la austeridad marcada por Bruselas, en 2015, el ratio de la deuda pública sobre el PIB superará el 100%, según prevé el Ejecutivo.
La factura
Gracias a la caída de la prima de riesgo, que partirá en 2014 de los 220 puntos, frente a los 395 puntos de hace un año, España rebajó en 2013 su factura en intereses desde los 38.660 millones de euros previstos por los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a unos 30.000 millones, según las últimas estimaciones del Ministerio de Economía.
En 2014, el equipo de análisis de Bolsa de BBVA prevé que la prima de riesgo baje de los 200 puntos en la primera parte del ejercicio y hasta 180 puntos antes de que acabe el año. Sin embargo, pese a esa recuperación, el Gobierno tiene previsto gastar en intereses 36.662 millones de euros.
La mejora de la confianza en España ha permitido que el bono español a 10 años cierre 2013 en el 4,15%, lo que juega a favor del Tesoro en su estrategia de financiación. Además, desde que en agosto de 2012, Mario Draghi logró restablecer la confianza en el futuro del euro, el instituto emisor ha logrado recuperar más de 35.800 millones de euros de inversión extranjera en deuda pública española, según los últimos datos del Tesoro del pasado octubre.
La devolución
Pese a esa vuelta de capitales, el apoyo de la banca española ha sido crucial para lograr el éxito del Tesoro en sus emisiones desde 2011. Pero, en diciembre de este año, las entidades tendrán que devolver al Banco Central Europeo (BCE) el dinero a tres años aún no reembolsado a Fráncfort que tomaron prestado en la primeramega inyección al sector financiero de diciembre de 2011 e invirtieron en deuda pública a tres años. Mientras, en febrero de 2015, vence el plazo del segundo LTRO que repartió Mario Draghi para evitar un colapso crediticio en Europa.
Además, en este ejercicio, la banca española estará pendiente de reforzar su capital para cumplir con los exámenes que el BCErealizará al sector y si finalmente, el banco central del euro decide penalizar la deuda soberana hará que acudir a las subastas de bonos españoles sea menos atractivo.
Para reducir su dependencia de la banca, el Tesoro lleva tiempo inmerso en una estrategia de diversificación que prevé intensificar en 2014 con nuevas emisiones en otras monedas e incluso con la creación de nuevos bonos, ligados, por ejemplo, a la inflación.
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