lunes, 7 de mayo de 2012

Los españoles, reacios a cambiar su residencia pese a la lacra del paro


El ritmo de crecimiento imparable del paro no alienta los movimientos de población dentro de España, aunque sí lo hace hacia el extranjero. El número de personas que optaron por cambiar de residencia en 2011 disminuye con respecto a 2010, según el INE.
"Hay que aceptar trabajos aunque sea en Laponia", aseguraba el presidente de la Comisión de Economía y Política Financiera de la CEOE, José Luis Feito, en febrero. Sin embargo, los datos hablan por si solos.
La estadística de flujos migratorios que hizo pública el INE el pasado lunes revela que el número de personas que cambiaron de comunidad autónoma el año pasado descendió en 2011 con respecto a 2010, pese a que en 2011 España superó por primera vez los históricos cinco millones de parados. En concreto, las migraciones interautonómicas pasaron de 352.071 en 2010 a las 350.141 en 2011.
Este retroceso contrasta con la opinión que los españoles manifiestan en las encuestas. El último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de principios de marzo, revela que la desconfianzasobre el futuro económico es tanta que un tercio de los españoles estaría dispuesto a mudarse de ciudad, porcentaje que desciende al 27% si se trata de irse a otro país dentro de la UE y al 21% si es para residir fuera de Europa.
Entre los encuestados por el CIS que declaran estar en el paro, el porcentaje de los partidarios de mudarse se eleva al 54,6% en el caso de ir a otra ciudad española, al 41% si es otro país de la UE y al 29,5 si es fuera de Europa.
La opinión de los ciudadanos 
De hecho, entre un 14% y un 17% de los españoles manifiesta haber pensado en la posibilidad de mudarse en el último año, dato que en el caso de los desempleados aumenta, y se mueve entre un 27% (los que pensaron en irse a otra ciudad de su Comunidad), un 33,1% (los que sopesaron cambiar de Comunidad) e incluso un 26,7% se planteó dejar España.
En efecto, el número de personas con nacionalidad española que residen en el extranjero ha aumentado un 6,7% en el último año y son ya 1.816.835, según los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) con fecha 1 de enero de 2012.
Flujos migratorios 
¿Qué ocurre concretamente con los movimientos entre comunidades? El saldo total disminuye, pero el comportamiento es distinto entre los residentes en las diversas regiones. Eso sí, no existe una relación directa entre tener un mayor número de habitantes que cambian de comunidad de residencia con poseer la tasa de desempleo más elevada.
Esta característica sí confluye en Andalucía, que, según los datos de la última Encuesta de Población Activa, tiene una tasa de paro del 33,17% y el número de ciudadanos que dejaron la comunidad pasó de 3.248 en 2010 a 4.550 en 2011.
En cambio, Castilla y León es la región que registra el incremento más acusado de las personas que abandonan la comunidad -pasa de 1.592 a 4.707- y su tasa de paro es muy inferior a la media nacional, el 19,30%, frente al 24,44% del conjunto del país.
Otro caso significativo es el de Canarias. En las islas la tasa de desempleo es la segunda más elevada de España, el 32,28%, y a pesar de eso la salida de ciudadanos hacia otras regiones se reduce desde las 2.809 personas de 2010 a las 622 en 2011.
Grandes capitales 
Es también relevante lo que ocurre en las comunidades que albergan las dos principales capitales españolas, Madrid y Barcelona. En el caso de Madrid, la recepción de españoles de otras regiones aumenta desde los 2.076 personas a las 12.077, es decir, se quintuplica.
No hay que olvidar que Madrid es una de las regiones más prósperas de España y con una situación económica más saneada. No ocurre lo mismo en Cataluña, que atraviesa serias dificultades que implicaron numerosos recortes. Pese a ello pasa de tener un saldo de migraciones deficitario en 320 personas a uno positivo de 1230 en 2011.
Reforma laboral 
Para paliar este déficit de movilidad, que los empresarios consideran un problema, se han introducidocambios en la última reforma laboral. Se flexibiliza la definición de las causas por las que la empresa puede acordar la movilidad geográfica, se suprime la intervención de la autoridad laboral y se fija que por acuerdo con los representantes de los trabajadores se pueden establecer prioridades de permanencia de algunos colectivos (trabajadores con cargas familiares, mayores de determinada edad, etc.).
Es decir, la reforma laboral atiende a una de las viejas reivindicaciones de los empresarios y si bien es necesario el acuerdo con los representantes de los trabajadores para un traslado colectivo, en el caso de un movimiento individual éste puede ser despedido con 20 días de salario por año trabajado si no acepta el cambio.
Fuente: Diario Expansión
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