viernes, 20 de abril de 2012

El Banco de España estudia nuevas fórmulas para aislar los activos tóxicos


El Gobierno de Mariano Rajoy ha emprendido una frenética labor reformista desde que tomara las riendas del país, entre ellas una reforma financiera que debía despejar de una vez las dudas sobre los activos tóxicos de la banca y ayudar a restablecer el crédito. Pero ni los ajustes de Rajoy ni los recortes que se suceden semana tras semana están sirviendo para rebajar la presión sobre España.
El propio Banco de España reconoció ayer que los sucesivos cambios emprendidos en el sector tampoco bastan para apaciguar los ánimos. Y lo hizo ante la misma City londinense, a la que acudió el director general de regulación, José María Roldán, para explicar el estado de salud de las entidades financieras españolas. Fue él quien hace meses negaba que el valor del suelo en balance fuese cero, en respuesta a los recelos de muchos analistas, y quien ayer explicaba que la banca española tiene ahora cubierta su exposición al suelo ante caídas del precio de hasta un 87%, con lo que podría encajar sin pérdidas la venta de esos activos con semejante descuento.
Ante un auditorio de más de cien personas, Roldán destacó el esfuerzo de saneamiento que supone la reforma financiera, por 53.800 millones de euros, pero admitió también que no ha tenido aún el efecto deseado de restaurar la confianza, para lo que puede ser necesario plantear una nueva fórmula con la que distinguir los activos tóxicos de los sanos.
Para no sembrar confusiones, Roldán insistió en que el Banco de España reniega de la creación de un banco malo, una fórmula por la que aboga Bankia, pero que, según el supervisor, dejaría notables pérdidas en el largo plazo.
Roldán, no obstante, sugirió que la institución está reflexionando sobre cómo explicar al mercado de forma más efectiva la limpieza de balance que están realizando las entidades, sin dar más detalles. La presentación del Banco de España realizada en la City reconoce que "después de un reconocimiento de activos problemáticos -el 54% de los créditos a constructoras y promotores-, y de ajustes en valoraciones -que incluyen provisiones con las que elevar el ratio de cobertura del suelo al 80% y al 65% para vivienda en desarrollo-, un tercer paso podría ser la delimitación", en alusión a los activos tóxicos relacionados con el ladrillo que siguen despertando la desconfianza de los inversores. Aun así, no hay decisiones tomadas y Roldán no detalló cuál sería la fórmula con la que dar esa mayor transparencia, descartado el banco malo.
En el ámbito económico, negó que la deuda pública española sea mayor de la reconocida e insistió en que deben hacerse comparaciones homogéneas con los países vecinos, que no incluyan deuda de las empresas públicas o facturas pendientes de pago. En definitiva, que hay que considerar un ratio de deuda sobre PIB del 68,5% a cierre de 2011 y no del 90%, como sugieren algunos analistas. Además, afirmó que la desviación del déficit de 2011 del 6% previsto al 8,5% no se debe a manipulación de los datos, ni siquiera a un alza de los gastos, sino al deterioro de la situación económica, en contra de las críticas lanzadas hacia el Gobierno anterior.


Fuente: Diario Cinco Días
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