lunes, 9 de enero de 2012

El secreto alemán contra el paro es la flexibilidad


Cuando en el verano de 2007 el estallido de las hipotecas subprime daba paso a una de las crisis más virulentas de la historia, la tasa de paro de España y Alemania era muy similares: en torno al 8%. Cuatro años más tarde, el paro alemán está en el 6,8%, mientras que enEspaña supera el 21%. ¿Por qué Alemania ha conseguido reducir su paro y no lo ha hecho España? En las reformas emprendidas está la respuesta.
La recesión que Alemania vivió en 2003 fue el perfecto caldo de cultivo para la Europa que se pretende construir ahora. En aquellos años el canciller Gerhard Schroeder impulsó la Agenda 2010, un paquete de reformas estructurales que recuperaron la competitividad para la economía alemana.
En la flexibilidad, en todas sus acepciones, no sólo las salariales, está la clave de su sistema de relaciones laborales, fortalecido de la crisis con más empleo, frente al mercado español, que ha destruído más de dos millones de puestos de trabajo. ¿Cuál es la receta? Lo de Alemania esuna cultura gestada tras la II Guerra Mundial, cuando el país tuvo que enfrentarse a fuertes ajustes en salarios y jornada para salir del bache. En la misma línea, ahora, cuando una fábrica debe reducir producción por una caída en la demanda, se abre la posibilidad de suspender temporalmente los empleos excedentes, dejando así que los trabajadores mantengan su puesto en espera de una recuperación del mercado. Los ERE de extinción apenas se aplican en Alemania, cuyo modelo se asemeja más a los ERE temporales, aunque su tramitación es mucho más ágil y no requieren tantos trámites como en España. Con la suspensión temporal de empleo, la empresa en Alemania paga el 10% del salario y la administración el resto, el denominado «Kurzarbeit». Y mientras esta situación temporal ocurre los trabajadores realizan cursos para adaptar sus capacidades. Lo contrario que en España, más pendiente del subsidio que del reciclaje.
¿Y lo salarios? En el ciclo bajo de esta crisis, empresarios y sindicatos alemanes asumieron unamoderación de sueldos —ligados a la productividad y no a la inflación como en España— hasta mejores tiempos, mientras el Gobierno emprendía reformas de peso en pensiones o recortaba prestaciones por desempleo y sanitarias. Con Merkel, Alemania se ha zambullido en la piscina de la moderación salarial y de la productividad, lo que ha aumentado su competitividad respecto a la media de la zona euro.
También habría que decir que alrededor del 20% de los alemanes trabaja por salarios de menos de nueve euros por hora y el salario mínimo no está legislado. Es el caso de los llamados mini-empleos que poseen hasta 7,3 millones de alemanes. En ellos el empresario tiene menores cargas fiscales (un sueldo de 400 euros paga 120 euros al fisco) y el empleado, menos prestaciones sociales. Y mayores ayudas al trabajador, lo cual no ocurre en España.

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